Las investigaciones para desarrollar este tipo de cerdos empezaron en la misma universidad a principios de los años 90 y los primeros animales vivos se obtuvieron en 1999. Estos cerdos se han modificado genéticamente para que sus glándulas salivales segreguen fitasa, una enzima capaz de degradar el fósforo contenido en las plantas, permitiendo que el cerdo lo utilice de una forma más eficiente.
Los resultados de los estudios realizados con este tipo de cerdo muestran que excretan un 60% menos de P en las heces en comparación con los cerdos no transgénicos mientras que el suplemento de fitasa en los piensos da lugar a reducciones en la excreción de P de sólo el 25 al 30%. Esta reducción del 60% en la excreción de P ayuda a reducir de forma importante el potencial contaminante del medioambiente de las heces de los cerdos.
Miércoles, 5 de febrero de 2003/Farmscape/Canadá
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